Fuente: Francisco Carrión
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Él se tatuó un toro salvaje y un carnero. Ella, en
cambio, se grabó sobre brazo y hombro motivos lineales y en forma de S. El
hombre y la mujer que se rindieron al arte del tatuaje vivieron hace 5.000 años,
antes incluso de que el primer faraón asomara la cabeza. La piel de sus momias
ha guardado recuerdo de unos tatuajes recién descubiertos que presumen de
pulverizar registros históricos.
La pareja cuyos tatuajes vencieron al tiempo fue
hallada junto a otras momias a finales del siglo XIX en Gebelein (las dos
montañas, en árabe), una zona desértica a unos 40 kilómetros de Tebas, la
actual Luxor. Desde 1901 se exhiben en las salas del Museo Británico, que en
las últimas décadas ha sometido a sus esqueletos -que quedaron para la
posteridad en posición fetal- a un completo examen en busca de detalles de su
identidad.
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Momia del varón con la piel tatuada. BRITISH MUSEUM |