Fuente: Francisco Carrión
www.elmundo.es
Se han encontrado monedas de
oro del reinado de Augusto y una cabeza de cristal que podría representar a
Marco Antonio.
Un cuarto naufragio podría
ser identificado durante la campaña arqueológica de 2018.
Las ciudades sumergidas de Thonis-Heraclión y Canopus
y sus alrededores siguen desvelando sus misterios. La misión del francés Franck
Goddio, el arqueólogo que descubrió ambas villas hace más de tres lustros, ha
hallado esta semana en el fondo marino tres naufragios de época romana y una
barca ceremonial que reconstruyen la memoria de unos enclaves sepultados desde
el siglo VIII d.C. bajo un manto de arena y sedimentos.
El descubrimiento, anunciado por el Ministerio de
Antigüedades egipcio, se ha producido durante la campaña de excavaciones
submarinas que lidera una misión conjunta del departamento de Arqueología
submarina y el Instituto Europeo de Arqueología Submarina de Goddio en la bahía
de Abukir, a unos 30 kilómetros al noreste de la urbe mediterránea de
Alejandría, y en el puerto oriental de la ciudad.
En sus inmediaciones, la expedición ha localizado
tres embarcaciones y un nuevo ejemplar de barcaza ceremonial votiva en honor a
Osiris, que imita al navío de la deidad y que se depositaba en la parte
inferior del canal sagrado.
Un tesoro de pequeñas piezas también ha emergido del
lecho marino. Según el secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades,
Mustafa Waziri, se ha encontrado una cabeza de cristal de período
romano que podría representar a Marco Antonio, el comandante del
ejército romano que -derrotado en la batalla naval de Actium- terminó
suicidándose tras creer que su amada, la reina Cleopatra VII, había perecido.
También han aflorado monedas de oro acuñadas
durante el reinado de Augusto (63 a. C. - 14 d. C.), el primer
emperador de Roma. Un anticipo, según los investigadores, de lo que guarda el
puerto oriental de Alejandría. "Esconde aún muchos tesoros. Las pruebas
indican que un cuarto naufragio podría ser identificado durante la campaña
arqueológica de 2018", avanza Osama al Nahas, al frente del departamento
de arqueología submarina del ministerio.
Las pesquisas que indicarían este nuevo hallazgo en
ciernes son dos grandes vigas de madera y restos de vasijas de cerámica que
habían sido parte de la mercancía del cuarto barco pendiente aún de localizar.
Las prometedoras inmersiones futuras se completan con la
restauración de los miles de objetos recuperados del fondo marino durante
excavaciones previas.
Tanto Canopus como Thonis-Heraclión -donde se ha
centrado la expedición durante la actual campaña iniciada el pasado septiembre-
sucumbieron tras una sucesión de catástrofes naturales -incluidos un terremoto
y varios maremotos-. Ambas se hallaban unidas por el culto a Osiris, hijo de la
Tierra y el Cielo, que -según la mitología egipcia- fue arrojado primero al
Nilo y luego despedazado en 14 trozos por su hermano Set. Isis, hermana y
esposa de Osiris, fue recuperando los fragmentos esparcidos por todo Egipto.
Jamás halló el falo. Por la magia de su verbo, la viuda resucitó a Osiris el
tiempo suficiente para concebir a Horus, quien acabaría derrotando al asesino
de su padre.
Las urbes hospedaron entre sus muros notables santuarios
dedicados a Osiris por los que desfilaban peregrinos a la caza de
curas milagrosas. "Sabemos desde el descubrimiento de la estela del
Decreto Canópico en 1881 que las celebraciones de los misterios de Osiris se
llevaban a cabo en el templo de Amón-Gereb en la ciudad de Heraclión. También
se menciona una procesión náutica de la deidad desde ese templo hasta su
santuario en Canopus. Existía un vínculo místico entre las dos ciudades
relacionado con Osiris", señaló Goddio en una entrevista a EL MUNDO.
Situado a dos kilómetros al este del actual puerto de
Abukir, el pasado de Canopus se encuentra esparcido a lo largo de 150 metros.
De las profundidades han emergido columnas de granito rojo, bloques de piedra
caliza, joyas y monedas del período bizantino. Resguardados por casi dos metros
de arena, se hallan los cimientos de un muro de 103 metros que habría rodeado
un templo de grandes proporciones. Ambas ciudades conocieron una prosperidad
que arruinó la fundación de Alejandría por Alejandro Magno en el 331 a.C.
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