Fuente: www.elmundo.es
Francisco Carrión. El Cairo
Espesa, dulce y
extraordinariamente nutritiva. Hace 3.200 años los litros de cerveza eran
alimento de ricos y pobres: Su brebaje corría igual por las mesas de la corte
faraónica que por los hogares más humildes. Elaborada a partir de cebada o
malta, no solo fue bebida. También sirvió de ofrenda a los dioses. Como prueba
de aquella pasión, arqueólogos nipones
han hallado la tumba de un jefe de la fábrica de cerveza de la
época ramésida (de los siglos XIII a XI a.C.) en Luxor, la antigua Tebas.
El distinguido
Junsu Im Heb era el máximo responsable de la fábrica y los almacenes de cerveza
dedicados a la gran diosa madre Mut. Su enterramiento, en la ribera occidental
de Luxor, es uno de los descubrimientos recientes más formidables por la
conservación de su interior. Las coloridas estampas que adornan muros y techos
"revelan muchos detalles de la
vida cotidiana, las relaciones familiares y las ceremonias
religiosas", relata el ministro de Antigüedades egipcio Mohamed Ibrahim en
un comunicado.
Las imágenes
presentan al núcleo familiar del maestro cervecero.A su mujer Mut Om Hob y a su hija Eis At Ja,
que se ganaron la vida de cantantes y que aparecen saludando a otros parientes.
Y muestran a un público fascinado por el ritual funerario "Apertura de la
boca", una ceremonia en la que se animaba la estatua o momia del fallecido
abriendo la boca y los ojos para que el difunto pudiese comer y beber en la
otra vida.
En el universo de
la tumba, hay otro muro que representa al jefe de la fábrica de cerveza y su
esposa adorando a Anubis y Osiris. El techo, en cambio, está decorado con
motivos geométricos bien conservados. Un conjunto -detalla Ibrahim-
"diseñado con delicadeza" y "gran
precisión y belleza".
El lugar, con forma
de T, fue hallado por un equipo de la Universidad japonesa de Waseda mientras
realizaban tareas de limpieza en la cercana tumba TT-47, perteneciente a un
alto funcionario del faraón Amenhotep III, abuelo de Tutankamón. Está conectada
a un enterramiento inacabado de una persona todavía no identificada llamada
Hun.
Las autoridades han
extremado la seguridad en los alrededores del hallazgo hasta que concluyan los
trabajos de excavación. Una vez completada la exploración, se restaurará para abrirla finalmente al público
y sumar un nuevo atractivo a la otrora turística Luxor, una ciudad cargada de
patrimonio faraónico que luce hoy vacía por la inestabilidad política que
atraviesa el país desde hace tres años.
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